Mi nombre es Alberto Baeza Oliver, y me dedico a algo que, aunque muchos lo reducen a cifras, gráficos o productos financieros, para mí tiene mucho más que ver con las personas: acompañar, proteger y orientar a cada cliente en decisiones que afectan directamente a su futuro.
Estoy graduado en Administración y Dirección de Empresas y en Marketing por la Universidad CEU Cardenal Herrera, con formación internacional en Alemania gracias al European Business Programme de la FH Münster, una experiencia que amplió mi visión estratégica y me permitió comprender los mercados desde una perspectiva global, estructural y crítica. Además, cuento con un título propio en Comercio Exterior y Relaciones Internacionales y soy European Investment Practitioner titulado por la UPV.


A lo largo de mi carrera, he reforzado mi formación con numerosos programas especializados en fiscalidad, inversión y análisis financiero. Entre ellos, destaco el curso de Análisis Financiero Data Driven por la Universidad de Chicago, enfocado en la toma de decisiones basadas en datos reales y no en suposiciones.
Mi vocación surgió de forma natural, casi instintiva. Recuerdo que, de pequeño, cuando recibía mi paga semanal, no tardaba en dividirla: una parte la reservaba y con la otra reflexionaba qué merecía la pena hacer. Sin saberlo, ya practicaba el principio que hoy guía mi manera de trabajar: entender antes de actuar, organizar antes de invertir.
Soy asesor financiero acreditado y registrado por la CNMV, y ejerzo como agente financiero de MAPFRE Gestión Patrimonial desde un lugar tan emblemático como acogedor: la Casa Carbonell, en el corazón de Alicante. Atiendo a mis clientes con el tiempo, la atención y la calma que merece cualquier conversación seria sobre patrimonio.

Como ayudar a los clientes
Trabajo bajo un modelo que considero esencial: arquitectura abierta, sin conflictos de interés ni productos propios que haya que “colocar”, con acceso a una selección de productos nacionales e internacionales de máxima calidad. Mi único compromiso es con el cliente. Solo así se construyen relaciones basadas en la confianza, la transparencia y la cercanía.
Creo firmemente que el asesoramiento financiero no debe centrarse en vender productos, sino en entender a las personas. Y para entenderlas, hay que escuchar con atención, actuar con honestidad y acompañar con compromiso.
